Por los Valles.
Escudo de Ansó. |
Escudo de Roncal. |
Como había que ir a Siresa a ver el Monasterio de San Pedro, una vez allí Teri me insinuó algo que me dio a entender como que estaba harta de las piedras apiladas por el hombre y sube bajas por las cuestas, así que desde Siresa me tiré al monte con la moto, por los valles y sin tenerlo planificado salió una buena ruta por lo verde. Algunas piedras mas entre valles y montes le colé.
Pronto llegamos a Javierregay
ya empezaban a verse los paisajes, pasamos Hecho,
llegamos a Siresa donde fué educado Alfonso I el Batallador, bajo la tutela de la Condesa doña Sancha y aparcamos la burra junto al burro.
El conde carolingio Aznar Galíndez establece aquí un monasterio en el año de 833 bajo la regla de San Crodegando.
Era temprano pero podría ser un buen Slowmedor.
Se puede apreciar bien la diferencia de nivel
y las grandes dimensiones del Monasterio
Las notas mas destacadas del monasterio siresense eran la caridad, la humildad, la magnanimidad, la obediencia, la solidaridad, la hospitalidad, la ausencia del vicio de la murmuración y la oración continua incluso nocturna.
Una vuelta alrededor antes de entrar,
como no, fijándonos en todos los detalles.
la puerta principal y el crismón.
Entramos por el lateral y pagamos un precio casi simbólico por el acceso,
nos llamaron la atención los contrapesos,
las pilas bautismales, la tradición asegura que en la mas antigua fue bautizado el monarca aragonés Alfonso I el Batallador,
y la basa ática con bolas jaquesas en sus esquinas, que no concuerda con el estilo del templo.
Escaleras, pica la curiosidad a investigar que hay por ahí,
subimos y nos encontramos con este libro de salmos de bolsillo.
Una imagen desde arriba,
y bajamos
Imagen de San Pedro.
Se dice que en un hueco abierto en el ábside se encontró el Santo Grial al que se relaciona también con algunas otras edificaciones religiosas de las cercanías, como el monasterio de San Juan de la Peña , la cueva de Yebra de Basa, la iglesia de San Adrián de Sásabe, San Pedro de la Sede Real de Bailo o la Catedral de Jaca, hasta su posterior traslado a la Catedral de Valencia.
La Virgen de Siresa, del siglo XIII
Cristo románico en nogal que se encontró en la restauración, un ejemplar soberbio del siglo XII o comienzos del XIII.
Unas imágenes mas
retablo gótico de Santiago.
Salimos y recorrimos el pueblo por sus empedradas calles
Una ultima mirada atrás antes de salir del pueblo y ante la directa indirecta de la que manda, dejamos las piedras apiladas por el hombre y nos encaminamos a ver naturaleza,
progresamos a la vera del río Aragón Subordán
refrescamos en el centro de interpretación del megalitismo y seguimos hacia la selva de Oza,
por la boca del infierno
disfrutando de cada curva,
a la salida de cada una de ellas
una vista distinta
quería llegar hasta el refugio de la Mina, pero el estado de la carretera me hizo dar la vuelta, todavía quedaban días y no era cuestión de romper algo, la crisma por ejemplo.
Chipeta alto
Castillo d'acher.
Nos asombramos
y mientras bajaban del Chipeta unas nubes amenazadoras, montamos en la rubia teñida,
y deshicimos lo andado, para ir a comer a Ansó.
Bajando se ve mejor la garganta del infierno
precioso trayecto, mas o menos 1,5 kilómetros sin prisa,
despacio para poder apreciar el paisaje sin ningún riesgo
y al salir de la garganta
los mismos paisajes pero desde el otro sentido
Llegando a Ansó.
Una mirada asesina ¿otra cuesta?, si hija si en el pirineo todo son cuestas, unas para arriba y otras para abajo, si subes bajas y si bajas tienes que subir. Aquí no se juega al futbol porque si te cae la pelota hay que ir a buscarla a Puente la Reina.
Interesante el desnivel, pero merece la pena hay muchas piedras apiladas que ver.
De estas rejas, de nuestras prisiones de piedra, del espejo, salimos para llenar el alma de vivencias.
Del Monasterio de San Pedro a la Iglesia de San Pedro y tiro porque me toca, esta del Siglo XVI
paseo alrededor y adentro,
aquí la visita es gratuita, solo hay que meter un euro en la maquinita si quieres que se ilumine la iglesia.
Pila cubierta, pues si la abrimos, somos muy curiosos.
Lo de atrás
y lo de arriba.
El órgano del Siglo XVIII
Caminamos entre vidrieras,
retablos
y puertas.
Retablo mayor barroco, de finales del siglo XVII.
El bueno dándole para el pelo al tío chungo
Me disponía para la homilía y de repente la iglesia estaba vacía,
tampoco pudimos confesar.
En un rincón como si estuviera castigado, estaba esta imagen de Burns el inquisidor, que estrés ¡a la calle!.
La torre medieval “torreta” es el edificio civil más antiguo de Ansó.
Guapa la Benelli.
"Este rincón que ye Ansó
tiene cosas muito güenas
que plenan o corazón
d´os que vienen a viyelas"
Tras recorrer las calles,
los rincones
y beber de sus fuentes,
buscamos donde comer antes de seguir el viaje.
Después de la comida a base de exquisitos productos autóctonos una última mirada atrás y a la moto.
Y como estuvimos viendo piedras apiladas pues a compensar viendo espacios naturales, esta vez al Refugio de Linza, de valle a valle y tiro porque me toca.
Esta vez al lado del río Veral
Forca de Alano
Chinebral de Gamueta.
Pico Maz ó Txamantxoia.
Llegando al refugio.
Los Alanos
De ahí nos dirigimos a Isaba
Los almadieros:
Para vinos Artajona
para praderas Baztán
para olivares Tudela
para almadieros Roncal
Jota con letra de Félix Urabayen
Iglesia fortaleza de San Cipriano Siglo XVI
Escudo con la cabeza de Abderrahmán.
La batalla de Olast:
Existe cierta confusión en cuanto a la fecha, y en cuanto a los personajes que participaron en la Batalla de Olast, pero lo cierto es que esta se produjo y que dio origen a ciertos privilegios a los habitantes del Valle.
La versión más fiable, cuenta como en el año 785? Los musulmanes dirigidos por Abderrahmán el Gafequi?, caudillo del Califato de Córdoba, realizaron diversas incursiones por el este y norte de Navarra llegando incluso a cruzar los Pirineos para atacar algunas posiciones de los Francos en Tolosa. Al regreso de una de esas incursiones los sarracenos se encontraron con que los habitantes del actual Valle del Roncal, se habían unido para esperar el paso por sus tierras del ejército. En el encuentro los roncaleses persiguieron a los foráneos hasta un paraje cercano a Yesa llamado Olast, donde derrotaron definitivamente a los de Abderraman.
A partir de este momento, la historia se convierte en leyenda y se cuenta cómo cuando los roncaleses tenían capturados a los musulmanes, se produjo una discusión entre lo que había de hacerse con el Caudillo del mismo. Unos decían que llevarlo como rehén y otros que matarlo. Cuando la discusión subía de tono salió de las filas del ejército cristiano una guerrera roncalesa que se acercó a Abderraman y lo decapitó. De ahí la imagen en el escudo de todas las villas del valle con la cabeza de un rey moro cortada sobre un puente supuestamente próximo a Olast
Un paseo rápido por la Villa.
Bajamos desde Isaba por el valle del Roncal a orillas del río Esca,
curvas tampoco faltan, pero la carretera tiene buen firme
y con buenas vistas también,
sino, preguntarle a estos buitres, a los de arriba, a los de la banca no, esos solo tienen la vista en otras cosas.
Rodamos hasta el final del río Esca
para dirigirnos al pueblo de Escó
RUINAS
Yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros
son ruinas sin prestigio
sin guías y con musgo
inmensas y mezquinas
señas de lo que fui
columpios desnudeces
huellas crepusculares matutinas nocturnas
la luna las descubre
les dice lo que eran
columnas de tesón cúmulos de experiencia
pedernales de amor
catacumbas de miedo
yo también tengo ruinas
pero no deslumbradas
sino ciegas distantes
pero no deslumbradas
sino ciegas distantes
residuos de palabras
vestigios de rencores
esquirlas de castigos
reliquias de caricias
vestigios de rencores
esquirlas de castigos
reliquias de caricias
ruinas tan taciturnas
calimas de la pena
albergan sus fantasmas
calimas de la pena
albergan sus fantasmas
como todas las ruinas
y como todas dejan
escuchar su lamento
y como todas dejan
escuchar su lamento
yo también tengo ruinas
meses y años troceados
meses y años troceados
muñones de confianza
perdones en añicos
piedras en las que a veces
perdones en añicos
piedras en las que a veces
me reconozco entonces
amo la piel rugosa
de mis hermanas ruinas
Mario Benedetti
amo la piel rugosa
de mis hermanas ruinas
Mario Benedetti
Tras la subida por el pueblo abandonado
llegamos a la Iglesia de San Miguel Arcángel,
abandonada, expoliada por insensatos,
que en afán de búsqueda de ficticios tesoros
han acelerado el paso del tiempo.
El hombre, al que no le basta con la naturaleza, también destruye sus propias obras, sus templos.
El ambiente tétrico y siniestro que se siente al entrar en tan destartalado lugar contrasta con lo bien que se está en lo alto.
Subí a la torre,
despacio, con precaución
posiblemente uno de los últimos que suban.
Desde abajo, unos ojos vigilan cámara en mano esperando el Pulitzer,
mientras otros que esperan seguir arriba,
se recrean con las vistas del pantano de Yesa,
y las ruinas del pueblo.
Abajo nos encontramos con uno de los hermanos Guallar que aún viven en el pueblo, tras una amena charla nos despedimos y bajamos
por lo que antes era un camino, ahora desolado, cubierto por las piedras
de lo que en un tiempo fueron casas.
Llena la saca de vivencias, subimos en la moto para regresar a Jaca a cenar y descansar, pensando que con la ampliación del pantano, quizás solo quede del pueblo la torre de San Miguel.
El recorrido
Tremendísima entrada majos!!! La saca esta vez mas que llena rebosa.... Ganas me dan de vusitar la zona...cuantos encantos naturales y de los otros.. Menudo viaje habeis cuajado y seguro que queda más... Buff que maravilla..
ResponderEliminarEste blog ya tiene un nivel que merecería una publicación en papel ;)
Abrazotes.
Vaya par de dos, mucho rodado, mucho retrado, mucho me gusta. Ya iremo ya.....
ResponderEliminarSaludos.
Queda queda, 12 facículos coleccionables todavía, no se como reducir y quitar fotos cuesta escogerlas, la pena que las motos no llegan donde está lo mas bello de la montaña, solo se puede llegar al punto de partida de las maravillas y a veces ni eso.
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