Fuerte Lemos dado.
Aprovechando que el día está que si pero que no, o quizás, dejamos Foz para recorrer caminos en plan veleta, es decir, que vamos por donde nos de el aire, sin salir a ser posible de la provincia de Lugo, que tengo yo un sentido de la orientación muy desarrollado, tanto como la cigüeña que llevaba a Dana, tenía que llevarla a nacer en China y la dejó en Castroverde.
El primer sitio donde nos llevó el aire buscando Sabadell fué a Meira, donde paramos al ver la iglesia, Afortunadamente también se llevo las nubes que amenazaban tormenta.
La Iglesia Santa María de Meira, se funda en el siglo equis palote palote, mas o menos el año 1143, de estilo románico, era parte de un monasterio fundado por los Condes de Sarria.
Del antiguo Monasterio de Santa María de Meira, sólo se conserva el tramo sobre la puerta que da a la nave sur del Claustro de las Procesiones, parte del Claustro renacentista y su iglesia.
Es declarado Monumento histórico-artístico en 1931.
Arcada perteneciente al Claustro del Renacimiento, o de la Hospedería.
Portada de la fachada norte, llamada Puerta de los Muertos, por ella se accedía al cementerio del monasterio.
El ábside.
Bajo de la torre se encuentra la Puerta de los Conversos, tapiada por la que accedían éstos a la iglesia.
Fachada sur de la iglesia, en la que se pueden ver los restos del claustro de estilo gótico del siglo XVI.
La puerta conserva los herrajes románicos originales.
Dentro se pueden apreciar las dimensiones de la iglesia.
Retablo del Altar Mayor del siglo XVIII. Dedicado a la Asunción de la Virgen María.
La capilla y retablo de San José
Retablo de San José, barroco del siglo XVIII.
Asomamos
Capilla y retablo de la Virgen de los Desamparados, de entre 1735 y 1737.
Bálsamo que suaviza la tristeza,
el amigo fiel que no se aleja
que comparte la pena que me aqueja
y es ayuda, sostén y fortaleza.
El que enjuga las lágrimas y el llanto
y serena, en la noche, la tormenta,
escucha confesiones y me cuenta
los secretos que anidan en su canto.
Las horas que transcurren a su lado,
caminatas de mar que se confía
en la playa de un tiempo iluminado.
Y el sol que calienta nuestra vida
bendice el camino transitado
con la luz que su Espíritu nos brinda.
Fray Alejandro R. Ferreirós
Nave norte
Sepulcro de 1518 de Doña María de Bolaño, esposa del Mariscal Álvaro González de Ribadeneira.
Retablo dedicado a San Benito entre los años 1779 y 1783.
Santa Escolástica.
San Bernardo de Claraval retablo Barroco, del siglo XVIII.
Atchis
Jesús
Pues si gracias
De nada
Nave sur.
Retablo de Santiago, barroco, del siglo XVIII, con San Roque y San José a los lados.
El antiguo retablo mayor, de entre los años 1674 y 1677.
Cristo de la Agonía siglo XIX.
La Dolorosa.
Detalles de la Semana.
El rosetón.
Salimos de Meira, hasta el lugar donde dejó la cigueña a Dana,
Castroverde.
Allí nos encontramos con una fortaleza del siglo XV que perteneció a D. Álvaro Pérez Osorio, III duque de Aguiar, IV conde de Trastámara, VI conde de Villalobos, III marqués de Astorga. Tenía mas títulos este que masters algún político.
Del antiguo Castillo, sólo quedan en pie la torre del homenaje y las ruinas de la antigua muralla. La torre de 12 por 10 metros y tiene una altura de 20 metros.
Del antiguo Castillo, sólo quedan en pie la torre del homenaje y las ruinas de la antigua muralla. La torre de 12 por 10 metros y tiene una altura de 20 metros.
En la cara oeste tiene una ventana con arco, tímpano y escudo de seis roeles.
En el lado norte destaca la puerta de entrada con dintel semicircular adornado con la figura en relieve de un guerrero o gaitero.
Ruinas de la antigua muralla.
La fortaleza fue edificada sobre un castro que da nombre al municipio.
Salimos disparados cual saeta hacia un nuevo destino.
Monforte de Lemos, Monti Forti.
Subimos a ver el conjunto monumental de San Vicente del Pino, que se levanta donde estaba el Castro Dactonio de la tribu de los Lemavos.
El conjunto está formado por los restos del castillo, la torre del homenaje, el Monasterio de San Vicente del Pino y el Palacio de los Condes de Lemos.
Escudo de España coronado y rodeado por el Toisón de Oro.
La iglesia es de transición del gótico al renacimiento y la fachada renacentista.
Unas vistas de la ciudad desde el castillo.
Iglesia de Santa María de Régoa.
El colegio de Nuestra Señora de la Antigua, de estilo Herreriano conocido como el Escorial gallego.
El castillo de Monforte era propiedad de los Señores de Lemos. El Castillo está a 367 metros sobre el nivel del mar, en el centro está la Torre del Homenaje
En uno de sus lados los escudos nobiliarios.
En uno de sus lados los escudos nobiliarios.
al lado hay otra torre más baja de construcción más reciente.
La torre del homenaje fue construida entre los siglos XIII y XV, y tiene 30 m de altura, 13,12 x 12,05m. de lado y muros de 3m de grosor
Tiene cuatro plantas y es la mayor de cuantas se conservan en Galicia.
La torre y la muralla de la fortaleza medieval sufrieron importantes daños durante las revueltas Irmandiñas.
Gran parte de las murallas medievales están en ruinas, conservándose en mejor estado los lienzos levantados en el siglo XVI, cuando se reconstruyó la fortaleza tras los daños causados durante la Revuelta Irmandiña.
Asomamos a ver.
Maqueta con la distribución de la torre.
El interior de la torre alberga una exposición con información sobre Monforte en la Edad Media, el Señorío de lemos, La Judería y las Guerras Irmandiñas.
Virgen con el Niño, talla en madera policromada del siglo XIII.
Hay muebles de época donados por D. Juan López Suárez,
entre los que se encuentran arcones, armarios, mesas y sillas con blasones hidalgos de las viejas familias de Lemos.
Como todos los castillos tiene su leyenda, en este caso la de la corona de fuego.
Cuenta que entre el Palcio condal y la iglesia de San Vicente del Pino había un pasadizo subterráneo,
y aprovechando la ausencia del Conde, el abad del Monasterio mantiene relaciones con la hija de este.
A la vuelta el conde, enterado de lo ocurrido, decide invitar al abad a una copiosa comida.
Cuando traen los postres, por orden del Conde, un sirviente lleva una corona de hierro al rojo vivo,
con la que realizan la coronación del abad, provocándole la muerte.
Uno pidiendo
y otro dando.
Asomamos a la terraza de la torre.
Desde donde se aprecia la muralla, otras torres menores del siglo XIII, y sobre todo una amplia e imponente panorámica de la ciudad y su entorno.
El conjunto monacal.
Nuestra Señora de la Antigua desde lo alto de la torre.
Disfrutamos y bajamos de la torre.
La iglesia desde la plaza neoclásica. Sus orígenes se remontan al siglo X, aunque la edificación actual se inicia en el siglo XVI.
Retablo barroco del altar mayor,
contiene un óleo que representa el martirio de San Vicente.
El interior es gótico de transición, con elaboradas bóvedas, en uno de los laterales del coro hay un órgano de estilo barroco.
La iglesia perseguida
Suena El bárbaro edicto, desparece
la paz de entre los míseros cristianos;
ruge el furor de pérfidos tiranos,
y el ganado de Cristo se estremece.
Crece la tempestad, la rabia crece,
invéntanse martirios inhumanos,
báñanse en sangre las malditas manos,
y al parecer el cielo se ensordece.
Vese desamparada la inocencia,
la humilde mansedumbre escarnecida,
y la ley ultrajada con violencia.
La grey sin el pastor es dividida;
pero con la verdad y la paciencia
nueva paz cobra, nuevo honor y vida.
León de Arroyal
San Lázaro y Tarsicio.
Amansando la fiera.
San Blas.
Santa Ana con la Virgen y el niño.
Caminamos entre santos,
viejas piedras
y vitrales.
Portal de acceso del Palacio Condal con los escudos de los Condes de Lemos: a la izquierda el blasón de los Osorio, y a la derecha el de los Castro.
Llega la hora de recoger,
Llega la hora de recoger,
mientras bajamos, una mirada atrás,
para acabar de llenar la saca,
y al llegar a Foz también llenamos el estómago.