Alfoz.
y poder apreciar la belleza y los colores de esta parte de la costa.
No trajimos cuerdas una pena, otra vez será.
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Alfonsina Storni
Seguimos por las playas de Barreiros,
despacio,
llenándonos.
no hace falta sombra, al lado de los desnudos árboles
el tiempo nos es propicio, quien diría que estamos en Enero.
Seguimos por el paseo hasta Llas,
el tiempo nos es propicio, quien diría que estamos en Enero.
Seguimos por el paseo hasta Llas,
paramos en San Martiño.
El rey Alfonso III el Magno (848 - 910), el último rey de Asturias y el primero de León se ocupó del gobierno de Galicia y en 867 instauró en San Martín de Mondoñedo la antigua sede episcopal de Bretoña.
Crismón trinitario,
escudo nobiliario
Fuente de a zapata según la leyenda en este lugar el obispo San Gonzalo tiró una zapatilla y brotó agua, agua que se considera tiene propiedades milagrosas.
Seguimos por Alfoz, parada en Castro de Ouro para ver la torre del Mariscal Pardo de Cela y la finca Galea.
El Mariscal Pardo de Cela fué un importante político y militar de A Mariña, miembro destacado de la nobleza gallega del medioevo, vinculado a los Andrade y casado con la hija del Conde de Lemos, prima de Isabel la Católica, por sus luchas con otros nobles y constantes hostilidades con el Obispado de Mondoñedo fue perseguido y ajusticiado a pesar de contar con un indulto Real.
Ha pasado a la historia por el sitio que sufrió de las tropas enviadas por los Reyes Católicos y el Obispo de Mondoñedo, su final heroica defensa en el castillo de A Frouxeira y en O Castro de Ouro, además de ser ajusticiado en 1.483 en la plaza de la Catedral de Mondoñedo, in extremis, cuando su mujer portaba el indulto Real y fue entretenida por monjes del obispado en el puente "do pasatempo". Estos sucesos acabaron convirtiéndose en una parte importante de la historia de Galicia, episodio a caballo entre el mito y la realidad.
Un portavoz de la paz y de la vida, o de la guerra y de la muerte.
A ti, vasallo rebelde
que ha tres años que conservas
el fuego de la discordia
en las provincias gallegas;
a ti, que por rus hazañas
tres años ha que te acercas
más a jefe de bandidos
que a noble de raza excelsa;
a ti, que ha tres años tienes
pregonada la cabeza;
aún vengo a brindarte ahora
olvido, perdón, clemencia.
Derriba estos torreones
teatro de tus proezas;
desarma tus ballesteros,
rinde homenaje a la reina,
y en su corte honor y gloria
y prez y nombre te esperan.
Si rehúsas, cuando brille
mañana la aurora nueva,
no ha de quedar del castillo
piedra que esté sobre piedra;
y se alzará en Mondoñedo
un cadalso en que tú mueras
ante el pueblo y el cabildo
con escarnio y con afrenta.
En esta mano la muerte;
vida y honores en esta;
elige.
Emilia Pardo Bazán.
Iglesia parroquial de San Salvador de Castro de Ouro S. XV.
Tiempo vendrá que el noble ya no ciña
la cota y el arnés, ni empuñe lanza,
y sólo envuelva en sedas y brocados
su carne sin vigor, afeminada;
¡tiempo en que sus castillos no el alerta
se escuche, ni vigile la atalaya,
y sólo cante el búho en sus ruinas,
al través de las hiedras, y las zarzas!
Entonces, en las cortes corrompidas
olvidando los timbres de su raza
irán a doblegar la altiva frente
al último capricho del monarca,
progenie del león, la oveja manso!
Yo al menos dormiré mi último sueño
al dulce abrigo de natal montaña
junto al claro solar de mi familia,
con mi Dios, con mis gentes, con
mi patria.
Emilia Pardo Bazán.
Frouseira, triste Frouseira
¿Dónde o teu poder ficou?
¿Dónde os muros afroxaron
Qu´atrevida man fundou?
¡Ay, de min!
¿Qué fixeches da grandeza
Qu´o teu recinto gardou?
¿Qué fixeches d´o moy nobre
Pero Pardo meu señor?
"A traiçon que me vendeu
A traiçon que m´entregou
D´o soberbio Pero Pardo
A cabeza cercenou
¡Ay, de min!.
Tras escuchar los lamentos del Mariscal desde el alto da Frouseira partimos hacia la finca Galea.
Este museo etnográfico del agua se encuentra en un hermoso paraje natural, cuenta con una extensión de 60.000 m², por la que pasa el río Ouro, y es posible visitar un molino, uno de los pocos batanes que se conservan en toda la costa cantábrica, varias fuentes... Todo diseñado, restaurado o construido por su propietario. En 1998 recibió el Premio Medioambiental Europeo.
Al llegar había un letrero,
ponía que estaba cerrado por vacaciones,
o tal vez non.
Don Emilio Mendez con gran amabilidad nos atendió
nos invitó amablemente a dar un recorrido por su finca, mostrándonos cada rincón,
supo llenarnos de emoción e ilusión
su emoción,
su contagiosa ilusión
explicándonos hasta el mínimo detalle
de su obra.
Gracias.
Entre la rueda y la piedra flotante nos movimos,
entre el agua y los aromas,
daphne y murmullos,
sones y ruidos
del telar,
del molino
del batán y los espejos rotos.
Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos
sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cieloque a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita
Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,
Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.
Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,
Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.
Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.
Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.
Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.
Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.
Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.
Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso no alarman.
Los espejos de Jorge Luis Borges.
Es tarde ya y aunque nos gustaría seguir escuchando a Don Emilio debemos regresar,
tenemos que poner un Trasgu con prisa en la autopista.
Un saludo