Al rojo vivo
Estoy en ascuas por saber que recorrido haremos hoy, se me erizó el pelo como un gato montés, al saber que transcurriría por la que le había propuesto a Dani, eso si, con el aderezo y el toque personal con que las guisa en la plancha o fuego de la cocina tradicional, aunque falten los perolos, que hace que resulten siempre grandes rutas, con las que te relames de gusto.
A guisar vienen los cocineros Alejandra, Dani y Slow, a comer nos presentamos César y Daniel, Miguel, Sergio, Chusín con el gato y nosotros dos.
Subiendo a Cazo paramos a ver lo que el otoño estaba cocinando.
Ahí, Daniel aprovechó para hacer nuevas amistades.
Preguntamos por el de las botas, pero no pudo asistir al evento.
Seguimos hacia Sellaño,
y por la AS-261 hasta el cruce con la PO-5,
para subir a Carangas a comer,
que nos gusta hacerlo por todo lo alto,
en platos de oro, con cubiertos de plata y mantel de esmeralda.
Paseamos y picamos algo mientras se calentaba la cocina de carbón
y anduvimos a gatas, de risa, después de la historia y chistes que nos contó Chusín.
Iglesia, dedicada a San Esteban.
En el centro San Esteban protomartir que fué lapidado. En la mano lleva el diccionario de adjetivos descalificativos: ¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos!
Mi gato.
Algo en especial va a suceder
que hasta los poros de mi piel
gritan mi nombre.
Esa luz me empieza a molestar
mis pupilas brillan más
en la oscuridad.
Una extraña fuerza viene a mi
ya no sé ni distinguir
la diferencia entre el bien y el mal, ay, ay,...
Algo hay que me empuja a saltar
a vivir en libertad
en los tejados de esta gran ciudad, ay, ay,...
Uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy,....
uy, uy, uy mi gato hace ay, ay, ay,...
uy, uy, uy, mi gato hace, uy, uy, uy,...
uy, uy, uy, mi gato hace ay, ay, ay,...
Salvado por la campana.
Algo en especial siento latir
la luna llena va a salir
bailan mis duendes
Espero una sorpresa al despertar
mi cuerpo empieza a tiritar
la noche terminó.
Y un camino voy a recorrer
la luna se pondrá a mis pies
gritando mi alegría
Siete vidas tengo que cumplir
aguantaré hasta sentir
que este misterio lo comparto junto a ti
Uy, uy, uy, mi gato hace uy, uy, uy, ....
Rosario Flores.
Afrontamos la bajada con dolor de abdominales, de la risa,
que pasan de repente a ser dolor de brazos,
cosa que no entiendo muy bien,
porque la carretera no está mal.
Un vídeo de la bajada.
Paramos a ver en el mirador de Abiegos.
Cadenaba a lo lejos.
Por el valle del río Ponga.
Pasamos por Sobrefoz,
camino de Viego.
Pelagatos
Creer no quiero en la baja condición
del hombre, en sus bajezas e indignidades,
que abundan, con exceso, en las ciudades,
imperios del poder y la ambición.
De tantos intrigantes de salón,
disfrazados de espurias majestades,
desconfío; y de tantas “lealtades”
encubriendo la farsa y la traición.
Mejor los de “alpargata” y no zapatos
me hacen pensar “que todo el mundo es bueno”.
Me dan pena los pobres “pelagatos”
que de tierra se ensucian, no de cieno;
y a los muchos Herodes y Pilatos
que el mundo rigen, sin pensar, condeno.
Ricardo García Soldevilla.
Comenzamos a bajar hacia Viego.
Viego y Peña Salón.
Seguimos hacia Vidosa,
y dejamos el Parque Natural de Ponga.
En Puente Vidosa.
un pequeño recorrido a pie.
San Ignacio de los Beyos.
y a refrescar que la ruta continúa.
Iglesia de San Juan.
Subimos a la Collada de Amieva,
aparcamos y a contemplar.
desde el mirador
el Macizo Oriental de los Picos de Europa.
Hablamos de gatos, de motos, de Rossi, de patadas, de ir de viaje, de Nueva Zelanda, de la chupa que abriga, de chorizo, queso, maría y café, de trabajo, de cilindros, y perolos; pero sobre todo nos reímos a reventar.
Con una última mirada desde lo alto,
iniciamos el regreso, mientras el sol se oculta entre las montañas,
que aún quedan curvas hasta llegar a casa y van las motos con sobrepeso, por las sacas que van bien llenas.
Un vídeo de la ruta con una preciosa canción de Anabel Santiago, aunque la ruta transcurre casi toda por Ponga, los Picos los tenemos muy cerca y a la vista.