2015 03 01 Cabezón de Liébana.

Vamos a ver Cahecho.

Escudo de Cabezón de Liébana.

Salimos con Alejandra y Slow, Ignacio, Javi y chusín, nos adentramos por Panes en Cantabria y por el desfiladero de la Hermida hasta el sitio ese del pez donde paramos a comer.

Aquí en Cantabria los salmones son muy precavidos, llevan casco y van tatuados.

Seguimos ruta, sube que sube

nube que nube.

hasta Luriezo y

de Luriezo a Cahecho.

"MONTES"

Y no despiertan los montes por el tiempo que pasa

como no sienten los corazones por inercia

por espera...

por locura...

los montes solo se entremecen cuando el mundo se estremece...

y el corazón cuando el silencio se apaga

y se transforma en melodía...

Y el hielo ya no es tan eterno...

Recuerdas?

la maravillosa existencia de las alas extendidas en la cima..?

el calor del suave nido

y las ganas crepitantes de volar...

de sentir el viento recio sobre tu pecho...

de amar de lejos lo que contemplas al pasar...

No se vuelve una montaña en madre selva sin motivos...

Pero hay formas...

existen doradas búsquedas que no son vanas...

Abre las alas...

siente el viento intenso que te hace libre

y quizás.. quizás quieras detenerte

y luego... sólo luego...

continuar...

Walter Paz.

Comedor y área recreativa de carcoma.

Casona.

Bajamos sin saber cahecho, en dirección a

Cambarco para ver una ermita,

aparcamos por aquí, 

al lado del jardín de rocalla y mandamos recuerdos.

Dando un paseo por el pueblo,

bajamos.

Curioso el "timbre".

No entiendo porque no fuimos en moto, no lo entiendo,

tanto andar, para que se inventó la rueda.

Llegamos a la ermita rupestre de Cambarco,

 construida aprovechando los estratos de lastra.

a finales del siglo VIII o IX.

Comienza a llover y de Cambarco nos dirigimos a Piasca en el valle de Liébana.

El antiguo Monasterio de Santa María la Real de Piasca es una de las manifestaciones monásticas más antiguas de Cantabria y una de las construcciones románicas de mayor interés de la región.

Sus orígenes son del siglo VIII o principios del IX, cuando en pleno proceso de repoblación de los valles montañeses como avanzadilla hacia la Meseta, irían surgiendo los primeros establecimientos cenobíticos colectivos y reglados.

Su primera mención documental data del año 930, cuando el lugar es citado en una donación de Theoda y Agonti a la villa de Piasca "ubi ipsa basselica fundata est". Solo once años después, en el 941 y en un documento del propio cartulario del monasterio, aparece mencionada, al mando de la abadesa Aylo, una primera comunidad dúplice en Piasca conformada por 36 religiosas y un indeterminado número de monjes regidos por la Regla de San Fructuoso.

Puerta occidental

Justo sobre la portada principal, vemos a la Virgen María, obra ya probablemente del siglo XVI y que vendría a sustituir una primitiva románica, han sobrevivido las dos representaciones laterales, ambas originales, San Pedro y San Pablo.

Ya en el siglo XI y bajo la protección del Conde de Liébana, el monasterio iría ganando importancia hasta el punto de convertirse, junto al cercano Santo Toribio de Liébana (entonces conocido como San Martín de Turieno), en el centro religioso más importantes del valle.

Lo más relevante de esta iglesia es la escultura.

Guerrero con su cota de mallas, escudo y lanza.

San Miguel.

También en el siglo XI, una bula papal ordena la separación de los monasterios dúplices, permaneciendo entonces en Piasca la comunidad masculina, y trasladándose las monjas a San Pedro de las Dueñas. Esta segregación acabaría siendo solo temporal ya que, solo unos años después, vuelven a aparecer documentadas religiosas y abadesas en el cenobio lebaniego.

La importancia de Santa María de Piasca no para de crecer, haciéndose necesaria una reconstrucción o ampliación de la iglesia monacal que acabaría culminando, según reza una lápida fundacional conservada en uno de sus muros, en 1172. 

En dicha lápida, fechada el 21 de febrero, aparecen citados el Obispo de León, el abad de Sahagún, el propio abad de Piasca en dicha fecha (Petrus Albus), y como maestro de obras un personaje de nombre Covaterio. se dedicó a Santa María.

Tras una imparable decadencia, la Desamortización de Mendizábal de 1836 supuso la exclaustración definitiva de la comunidad, perdiéndose la práctica totalidad de sus equipamientos monásticos y siendo convertida su iglesia en la parroquia de la pequeña aldea crecida a su amparo.

De todo el conjunto monacal queda solo la Iglesia.

Unas fotos mas del exterior.

Puerta maridional o "puerta del cuerno".

Fue declarada Monumento Nacional en 1930.

También hubo comentarios.

No fué un fiasco lo de Piasca,

eso si, bien vigilados estuvimos

hasta que recogimos  las monturas.

Muy guapa y cuidada toda esta parte de Cantabria, aunque el tiempo estaba nublado y nos llovió un poco disfrutamos de la ruta, de la compañía con la habituales risas y con los chistes de Chusín, otra vez con la saca llena.

Saludos.